Adiós, Carla, Adiós...
Era una típica tarde bogotana, fría, gris, lluviosa, perfecta... Carla salía del apartamento con rumbo a la tienda más cercana para poder comprar el trago más barato y destructivo que se pudiera encontrar. Caminó unas cuantas cuadras hacia "Cuatro Parques", el sitio que siempre la albergó en sus épocas de universitaria. Se sentó a llorar mientras el trago se mezclaba con sus lágrimas. Una pena de amor era lo que la tenía al borde de la locura. Saber que había perdido tantos años tratando de rescatar a alguien que nunca quiso ser rescatado. Saber que su verdadero amor en realidad nunca lo fue. Sentirse vulnerable, ridícula, tonta... Pobre Carla... Pensó en todas esas personas que dejó de lado para poder "ser feliz". Pensó en sus padres, su hermana, su gato y en esa persona que le había cambiado la vida para siempre. Sabía que la decisión que estaba a punto de tomar no iba a ser fácil y que iba a extrañar su vida. Toda esa vida que tiró a la basura por una persona